Mezclando churras con merinas se puede alcanzar absolutamente cualquier conclusión, hasta la de ser conveniente cargarse cada alcornoque, pino, madroño, jara, lavanda o retama desde La Montaña al Risco, porque, según este hombre, no valen pa’na (he resumido un poco, quizás toscamente, el argumento del catedrático / articulista / “opinador”, que más abajo enlazo).
Flora y fauna prescindible porque hay más por otros sitios (dice, completando el argumento de fondo), y este bonito y coqueto reducto de bosque mediterráneo, verdadero pulmón de la ciudad que además se mantiene solo, al carajo en pos de intereses varios que benefician a dos o tres.

¡Cómo está la Cátedra, con qué flexibilidad “junquean” sin rubor!
